Historias India | 01 septiembre 2021

Raju y Ankita

Cuando la iglesia de Raju* y Ankita* que se reunía en su casa empezó a crecer, esto enfureció a su comunidad, y fueron golpeados brutalmente y humillados.

 

 

Raku y Ankita: «Quiero darte las gracias»

Raju* y Ankita* comparten su increíble camino en la fe en Cristo. Cuando la iglesia que se reunía en su casa empezó a crecer, esto enfureció a su comunidad, y fueron golpeados brutalmente y humillados. «Me hicieron lamerles los pies», cuenta Raju. Sin embargo, la pareja no flaqueó en su fe, y Dios les ha ayudado, obrando a través de tu apoyo y oraciones. Con tu ayuda, los colaboradores de Puertas Abiertas han podido proporcionarles apoyo práctico y legal en sus duros momentos. Hoy, después de pasar por muchas pruebas, se mantienen aún más fuertes en su fe, con un increíble testimonio de la sanidad y la provisión de Dios.

Raju y Ankita

El comienzo de la fe

El camino en la fe de Raju y Ankita empezó hace varios años, cuando su hijo estaba enfermo. Ninguno de los médicos que conocían pudo ayudarles. Durante ese tiempo, Ankita se puso en contacto con el pastor de una iglesia, y éste se enteró de la situación de la familia. Él se ofreció a orar por su hijo enfermo.

Ankita dice: «Ya habían pasado unos meses y estábamos perdiendo la esperanza de que se recuperara con los medicamentos. Entonces decidí llevarlo a la iglesia para que oraran, a pesar de que éramos hindúes. Hicimos que se tumbara en el suelo y todos oraron por él. Al final de la última oración del servicio estaba completamente sanado ¡Alabado sea Dios!»

En ese momento, Raju estaba trabajando en otra ciudad. Se enteró de la noticia de sanidad de su hijo, y que ahora, su esposa asistía a los servicios de adoración de la iglesia cada domingo. A pesar de la buena noticia de sanidad de su hijo, su corazón estaba endurecido hacia Dios.

«No quería volver a casa después de oír la noticia de sanidad de mi hijo, porque me enteré que mi mujer asistía a los servicios dominicales de la iglesia; en cierto modo me sentí traicionado», dice Raju.

«En esos momentos, como trabajaba en jornadas extenuantes, también desarrollé un grave problema de espalda. Me causaba un dolor agudo en las costillas y busqué ayuda médica en varios hospitales. Todo esto no trajo ningún alivio.

Finalmente, cuando nada parecía funcionar, empecé a planear el regreso a mi pueblo y a mi mujer, quien no podía estar más contenta de escuchar la noticia de mi regreso.

«Me dijo que había estado orando por mi sanidad a Jesús, y que ahora me curaría ».

«Su nueva fe me molestó. Pero una mañana, antes de volver a casa, cuando me levanté de la cama, me di cuenta de que el dolor constante había desaparecido. Me agaché y luego me puse de pie para comprobar si el dolor volvía y, para mi asombro, ¡no lo hizo! Al principio me sorprendí, pero luego caí en la cuenta de que quizás las oraciones de mi mujer habían hecho desaparecer el dolor.  Inmediatamente hice planes para volver a casa ».

Ora con Raju y Ankita

Ora por Raju* y Ankita*. Se convirtieron cuando su hijo fue sanado por Jesús, pero han sufrido el boicot y ataque de su comunidad debido a su fe. En una ocasión, Raju fue incluso forzado a lamer los pies de sus perseguidores.

Pero también han visto la provisión de Dios de manera asombrosa, y tus oraciones y apoyo les han ayudado a poner en marcha un pequeño negocio y conseguir apoyo legal. Raju ha tenido incluso la oportunidad de orar con uno de sus perseguidores. « La oración es la clave», dice Raju. «Él (Dios) estaba con nosotros y quiero animar a todos los creyentes, que Él está con vosotros también».

 
  • Ora para que Dios bendiga el pequeño negocio que Raju y Ankita han puesto en marcha, con el apoyo de los colaboradores de Puertas Abiertas.

  • Ora para que Dios ablande los corazones de sus perseguidores, y que ellos también vengan a la fe en Jesús.

  • Alabemos a Dios por el testimonio valiente y amoroso de Raju, incluso hacia aquellos quienes le atacaron en el pasado.

La iglesia crece; la oposición también

Raju explica: «Después de estas sanidades, acudimos a la iglesia con regularidad. La iglesia a la que asistíamos estaba en el pueblo de al lado y había algunas familias de nuestro pueblo que, junto con nosotros, viajaban a ese pueblo y asistían a la misma iglesia».

«Con el paso de los años, nos dimos cuenta de que sería bueno tener también una iglesia en nuestro pueblo. Así nosotros empezamos una iglesia en mi casa donde nuestro pastor venía y dirigía los servicios de oración y sanidad».

«La reunión empezó a crecer, de pocas familias a un grupo considerable de creyentes. El pueblo se dio cuenta, y empezó a oponerse abierta y frecuentemente a nuestras reuniones y nos acusaron de conversiones en varias ocasiones».

« El punto de inflexión fue durante una de esas reuniones de oración en mi casa. Los lugareños, dirigidos por un brahmán de alta casta, irrumpieron en nuestra casa y comenzaron a golpearnos con palos. Muchos de nuestros creyentes empezaron a correr y gritar pidiendo ayuda, algunos intentaron defenderse, y en medio del caos, nuestros atacantes nos vieron a mí y a mi mujer y cargaron contra nosotros». Suspira al recordar esos momentos.

«Nos golpearon severamente a mí y a mi mujer. Estábamos magullados por todas partes».

La voz de Raju se rompe mientras continúa compartiendo: «Entonces uno de los hombres me hizo inclinarme ante su líder y luego me pidió que le lamiera los pies. No podía hacer nada, parecía que nos iban a matar a los dos. Me adelanté y lo hice».

«Luego trajeron unos carteles de sus dioses y diosas y me obligaron a alabarlos, mientras nos golpeaban a mi mujer y a mí. No puedo describir el dolor que sufrimos».

«Esto continuó durante una media hora. En ese momento nos pareció una eternidad. Luego oímos la sirena de la policía sonando a lo lejos, y los que nos atacaron huyeron del lugar».

Raju y su esposa fueron hospitalizados, junto con varios creyentes que fueron atacados ese día. Pero la tormenta aún no había pasado, ya que las autoridades locales se negaron a presentar un informe sobre el ataque.

«Nos quedamos sin esperanza de que se hiciera justicia. Sin embargo, continuamos reuniéndonos regularmente para orar y confraternizar en nuestra iglesia en casa».

La oración trajo esperanza

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Pero el problema iba más allá de un simple ataque. Raju explica: «Los cristianos en mi pueblo también fueron boicoteados y tuvieron grandes dificultades para conseguir trabajos remunerados. La gente no quiere que los cristianos trabajen junto con el resto de la gente de la comunidad».

«Me alegro de que los colaboradores de Puertas Abiertas nos ayudaran a todos ofreciéndonos una opción de empleo. Como algunos de nosotros ya teníamos experiencia en el negocio de producción y venta de platos desechables hechos de hojas, los colaboradores de Puertas Abiertas nos proporcionaron capital y máquinas para establecer ese negocio».

«Además, todos procedemos de un entorno inculto y pobre, y la mayoría vivimos al día, ya que no tenemos ninguna fuente de ingresos estable para mantener a nuestras familias. Es una dificultad a la que nos enfrentamos a diario: dar de comer a nuestra familia y educar a nuestros hijos».

«Ahora todas las semanas cada una de nuestras familias puede ganar una cantidad extra de dinero con la ayuda de este pequeño negocio. Es algo que hacemos a tiempo parcial en la actualidad, pero creemos que este negocio puede crecer y ayudarnos a ser económicamente estables en el futuro».

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Gracias a tus oraciones y a su apoyo, los colaboradores de Puertas Abiertas también ayudaron a Raju y a los creyentes que fueron atacados, a obtener ayuda legal, asistiéndoles en la presentación de informes para las autoridades y la orden judicial para la compensación de sus facturas médicas.

Raju comparte los versos de la Biblia que le dieron fuerzas en el momento de la severa persecución: «Cuando estaba en el hospital, Dios me dio la esperanza y la fuerza para seguir sirviéndole a través de su palabra en Isaías 41:10, que dice: “No temas, yo estoy contigo”, y Mateo 5:10 donde Jesús dice: “Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia porque de ellos es el reino de los cielos”».

Y añade, con ojos radiantes de felicidad: «Quiero agradecer al colaborador de Puertas Abiertas y a la organización su ayuda durante una fase muy difícil de nuestras vidas. Especialmente su ayuda en los asuntos legales fue vital, ya que carecíamos de conocimientos jurídicos».

La oración es la clave

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Raju comparte algo aún más sorprendente: ha tenido la oportunidad de compartir el amor de Dios con sus perseguidores.

Explica: «Unos meses después de enfrentarnos al ataque, uno de los principales líderes del grupo que nos asaltó murió en un accidente, y el otro líder cayó muy enfermo. Muchos de los habitantes del pueblo empezaron a hablar de ello: algunos decían que nuestro Dios les estaba castigando».

«Sin embargo, en ese momento, en lugar de sentir odio y venganza hacia ellos, Dios puso compasión por ellos en mi corazón. Pude ir al hospital y orar por aquel líder enfermo. No dijo nada, pero inclinó la cabeza en oración mientras yo oraba con él. No se convirtió en cristiano, pero siento que Dios le habló a su corazón».

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Raju también tiene un mensaje importante para otros hermanos y hermanas que pasan por la persecución: «La oración es la clave. Voy a compartir un pequeño incidente más. En los primeros años de nuestra fe en Cristo, algunas personas del pueblo se opusieron a nosotros por nuestras creencias religiosas y dejaron de suministrar agua a nuestro campo.

Mi mujer y yo no pudimos hacer otra cosa que orar. Oramos día y noche, hasta la época de la cosecha».

« Alabado sea Dios porque nuestros cultivos no se destruyeron por la falta de suministro de agua a nuestro campo; de hecho, ¡vimos una buena cosecha! Él estuvo con nosotros y quiero animar a todos los creyentes que Él también está con vosotros».

Aunque la oposición contra los cristianos en la India está en su punto álgido en este momento, y los cristianos se encuentran entre los más odiados en sus comunidades, la obra de Dios continúa y la gente sigue entregando su vida a Jesús.

A través de colaboradores locales, Puertas Abiertas proporciona ayuda práctica y formación de preparación para la persecución a muchos cristianos perseguidos como Raju y Ankita, para que sean capaces de sobrevivir e incluso prosperar en tiempos de persecución. Tus oraciones y tu apoyo hacen posible este trabajo.