En Etiopía, un país en el que los creyentes sufren persecución muy alta, Puertas Abiertas ha financiado un proyecto con el que llevar luz a la oscuridad: una escuela en la que cristianos y musulmanes conviven juntos en armonía.
Este proyecto ha supuesto un cambio en una comunidad abiertamente hostil a los cristianos que ahora se muestra mucho más abierta al mensaje del Evangelio.