Se estima que hay 2,2 millones de cristianos en Arabia Saudí. Es un pequeño porcentaje (6 %) de la población total del país, que es de 37,4 millones, la mayoría de los cuales son musulmanes.
Convertirse en cristiano en Arabia Saudí entraña muchos riesgos. No solo es ilegal abandonar la fe islámica, sino que los nuevos creyentes se enfrentan a una intensa oposición por parte de sus familias y comunidades. En una cultura marcada por la vergüenza y el honor, manchar el nombre de la familia es lo peor que puede hacer una persona. Pueden ser presionados, repudiados, recluidos, agredidos o incluso asesinados para restaurar el honor familiar.
Por ello, la mayoría de los cristianos saudíes tienden a mantener su fe en silencio y en secreto. Ni siquiera hablan de su fe a su cónyuge o a sus hijos, por miedo a que sus familiares o el personal escolar descubran que han abandonado el islam. No existen edificios de minorías religiosas ni reuniones legales. Sin embargo, los creyentes clandestinos se han vuelto más audaces en los últimos tiempos y comparten su fe cristiana con otros a través de Internet y canales cristianos de televisión por satélite. Aunque los cristianos saudíes a los que se ha sorprendido en estas actividades han sufrido graves consecuencias.
La mayoría de los cristianos que viven en Arabia Saudí son trabajadores temporales provenientes de otros países. Se les prohíbe compartir su fe con los locales y las reuniones de culto están restringidas. Infringir estas normas puede suponer su detención y expulsión.
Se han producido algunos avances positivos en materia de libertad religiosa en Arabia Saudí, pero siguen existiendo importantes restricciones. En las grandes ciudades, en los últimos años ha habido una mayor tolerancia hacia las decoraciones navideñas y las festividades en algunos espacios públicos, lo que refleja un cambio gradual hacia una mayor apertura cultural. Los libros de texto escolares se han reformado para eliminar contenidos problemáticos sobre los no musulmanes. Sin embargo, se desconoce hasta qué punto siguen utilizándose los antiguos libros de texto. Al mismo tiempo, la práctica pública de religiones no musulmanas sigue estando prohibida y las minorías religiosas continúan sufriendo discriminación.
«Los cristianos clandestinos vigilan constantemente su manera de hablar para honrar a Dios sin revelar su fe en Cristo»
— Colaborador local
Los cristianos que han abandonado el islam son los más expuestos a la persecución, tanto por parte de las autoridades como de su entorno. Es probable que esta situación sea peor en las zonas más rurales, donde las comunidades y las familias ejercen un mayor control sobre la vida de las personas. La única excepción son los occidentales que viven en comunidades de inmigrantes, que gozan de algo más de libertad.
Las mujeres y las niñas tienen una voz extremadamente limitada en la sociedad islámica de Arabia Saudí, donde el poder está en manos de los hombres. Están sometidas a un control y vigilancia constantes por parte de su familia y la comunidad local. Con muy poca privacidad, a las mujeres les resulta casi imposible practicar la fe cristiana en secreto.
Para las mujeres saudíes convertidas al cristianismo, el peligro proviene principalmente de sus familias y comunidades musulmanas. Se arriesgan a sufrir violencia física y acoso, y pueden ser casadas con musulmanes conservadores como medida «correctiva» (a veces como segunda esposa). A otras las encierran bajo estricto arresto domiciliario, les quitan los teléfonos y las aíslan del mundo exterior. Las convertidas ya casadas corren el riesgo de divorciarse y perder la custodia de sus hijos, lo que constituye una verdadera fuente de temor. Siempre existe la amenaza última de un crimen de honor para las mujeres que avergüenzan a su familia por profesar la fe cristiana.
Fuera del contexto del matrimonio, las fuentes informan de que los casos de violación y agresión sexual son habituales en toda Arabia Saudí para los miles de empleadas domésticas no saudíes que hay en todo el país y que no profesan la religión musulmana.
En la sociedad saudí, dominada por los hombres, los cristianos pagan un alto precio por profesar su fe. La estricta sociedad islámica hace que cualquier desviación del comportamiento normal sea rápidamente observada.
En esta cultura del honor, avergonzar a la familia es lo peor que puede hacer un hijo o un padre. Mientras que las mujeres conversas suelen ser castigadas en secreto o a puerta cerrada, los hombres conversos suelen ser castigados pública o abiertamente en el seno de la familia: a menudo son agredidos o expulsados de sus casas.
Es posible que se les llegue a negar ayuda económica para luego ofrecerles incentivos materiales con el objetivo de que vuelvan al islam y revoquen así la supuesta «vergüenza» sobre la familia. También pueden ser presentados ante un jeque que les presione para que se retracten.
Existen informes de hombres conocidos por ser cristianos a los que se les niegan ascensos y aumentos de sueldo. Se les presiona para que trabajen más horas y se les acosa para que renieguen de Cristo. Dadas estas presiones y las repercusiones económicas potencialmente devastadoras para sus familias, la mayoría de los conversos optan por vivir como creyentes clandestinos.
Waleed (nombre ficticio) se convirtió al cristianismo tras clamar a Dios cuando se vio rodeado de espíritus malignos una noche.
«Waleed sigue viviendo rodeado de una familia que está continuamente involucrada en prácticas malvadas, pero es capaz de mantenerse firme en la autoridad de Cristo y no vive con miedo»
Colaborador de Puertas Abiertas
Puertas Abiertas apoya al cuerpo de Cristo en la península arábiga distribuyendo recursos bíblicos, formando a creyentes y pastores y sosteniéndoles en oración.
Padre celestial, dale fuerza a nuestros hermanos que te siguen y viven en peligro en Arabia Saudí. Oramos para que, en lugar de estar en riesgo por causa de sus familias, éstas se ablanden y estén listas para conocerte también. Protege a aquellos que valientemente están compartiendo el Evangelio en Internet y en la televisión, y que tu mensaje llegue a muchos más saudíes que te están buscando. Protege y haz justicia a los más vulnerables, especialmente a las mujeres cristianas. Amén.