Un enorme 95% de la población de la República Democrática del Congo (RDC) son cristianos, pero continúan los ataques violentos contra ellos.
En la República Democrática del Congo (RDC), especialmente en la región oriental, los cristianos sufren graves persecuciones y violencia por parte de militantes islamistas de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). Aliadas con el grupo Estado Islámico, las ADF secuestran y asesinan a cristianos, atacan iglesias y provocan terror, inseguridad y desplazamientos generalizados.
El grupo rebelde M23, al parecer apoyado por Ruanda, también ataca a civiles cristianos, lo que agrava aún más la situación. Los conversos del islam y de las religiones indígenas sufren presiones por parte de sus familias para que vuelvan a sus antiguas creencias. Los líderes de la Iglesia católica que se manifiestan a favor de unas elecciones justas corren el riesgo de ser acosados. Esta combinación de amenazas de militantes, presiones familiares e injerencias políticas crea un entorno peligroso y aterrador para los cristianos del este del Congo.
En el último año se ha producido una escalada de ataques contra cristianos por parte de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). Se trata de extremistas islamistas vinculados al grupo Estado Islámico. Los ataques coordinados han acabado con la vida de decenas de personas, han desplazado a miles y han sumido a los creyentes en el temor. Los cristianos de la RDC llevan varios años sufriendo altos niveles de violencia, pero este año los ataques contra los seguidores de Jesús han sido aún más descarados y escandalosos.
«Orad por los que han venido a matarnos. Que recuerden que un día también morirán; orad para que se arrepientan»
Jerome
Los cristianos se enfrentan a dificultades y a violentos ataques por parte de militantes islamistas, especialmente activos en la provincia de Kivu Norte, ubicada al este del país.
En la República Democrática del Congo (RDC), las mujeres cristianas que han abandonado el islam para seguir a Jesús se enfrentan a muchos retos. En las zonas dominadas por el islam, las mujeres conversas suelen ser tratadas como personas de segunda categoría. Esto afecta a su vida diaria, ya que se les niega el contacto con sus hijos o el acceso a su herencia si enviudan.
Los matrimonios forzosos son habituales y niñas de tan solo 12 años son casadas por sus padres. A estas niñas se las obliga a quedarse embarazadas a una edad temprana. La RDC carece de leyes específicas para proteger a las mujeres y niñas cristianas, por lo que son vulnerables a la violencia doméstica y a los matrimonios forzosos. Las prácticas tradicionales como el matrimonio infantil las hacen más susceptibles de sufrir abusos.
Las mujeres cristianas también corren peligro de secuestro, violación, trata y esclavitud sexual, especialmente por parte del grupo extremista islamista Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF). La violencia sexual en el este de la RDC ha alcanzado niveles catastróficos, con más de 670 niñas y mujeres víctimas de violencia sexual en campos de desplazados en solo dos semanas en abril de 2023. A menudo se viola a mujeres y niñas, se las obliga a casarse con soldados de las ADF y se trafica con ellas. Algunas son asesinadas. Las tasas de matrimonio infantil son elevadas: el 37 % de las niñas se casan antes de cumplir los 18 años.
Los secuestros y las violaciones por parte de grupos armados causan graves traumas. En ocasiones, las mujeres son utilizadas como escudos humanos durante los enfrentamientos violentos. Los soldados del Gobierno también han estado implicados en actos de violencia sexual generalizada. Debido a la vergüenza y el estigma, las mujeres y niñas cristianas pueden sufrir aislamiento y rechazo de sus familias y comunidades tras una agresión, lo que destruye su autoestima y su sentido del valor.
En la República Democrática del Congo (RDC), los hombres cristianos se enfrentan a una dura persecución. Corren el riesgo de ser mutilados, secuestrados, obligados a unirse a las milicias o asesinados. Los hombres y los niños también pueden ser víctimas de violencia sexual. Para escapar, los hombres cristianos pueden verse obligados a pagar rescates elevados, lo que agrava aún más la situación económica de sus familias. Además, sufren discriminación en el lugar de trabajo y se les puede negar el empleo. La persecución de los hombres desestabiliza a sus familias y comunidades, ya que tradicionalmente se considera a los hombres como protectores y proveedores, por lo que las familias quedan desprotegidas y son más vulnerables a nuevas persecuciones.
Los pastores y líderes cristianos (a menudo hombres) son objeto de persecución y acoso por su fe, especialmente en el este del Congo. Sus familias también corren peligro. Las iglesias que critican al gobierno o a grupos armados como las ADF pueden ser clausuradas y sus líderes detenidos o atacados.
Jerome (nombre cambiado), desplazado interno en la RDC, afirma:
«El principal problema ahora que estamos desplazados es conseguir comida, porque no tenemos dónde cultivar. La situación es muy mala. Si la vida sigue así, es difícil seguir adelante»
Jerome
Puertas Abiertas trabaja con colaboradores locales para apoyar a los cristianos de la RDC mediante capacitación para sobrevivir a la persecución, proyectos de capacitación económica y atención postraumática.
Padre celestial, elevamos al pueblo de la RDC que sufre violencia y desplazamiento. Concédeles Tu consuelo, estabilidad y esperanza. Fortalece la fe de los nuevos creyentes y guíalos en su camino. Oramos por la paz y para que los corazones de los extremistas se vuelvan hacia Ti. Amén.