Está desconectado. Se trata de una versión de solo lectura de la página.
Extremo
Hay aproximadamente 35 500 cristianos en Libia, el 0,5 % de una población de 6,9 millones. El número de cristianos libios (creyentes que no son trabajadores migrantes de otros países) es muy pequeño.
En Libia seguir a Jesús conlleva un enorme riesgo para cualquiera.
Los cristianos libios de origen musulmán sufren violentas presiones por parte de sus familias y comunidades para que renuncien a su fe.
Los cristianos extranjeros, especialmente los procedentes de África subsahariana, son objetivo de grupos islamistas y criminales, que secuestran y asesinan brutalmente a los cristianos. Y si logran evitar esto, los cristianos subsaharianos se enfrentan al acoso y las amenazas de los musulmanes radicales.
Los cristianos que expresan abiertamente su fe o intentan compartirla con los demás corren el riesgo de ser detenidos y sufrir agresiones. La falta de un Gobierno central que imponga la ley y el orden hace que la situación sea aún más precaria.
La presión sobre los cristianos en Libia sigue siendo extremadamente alta. La conmoción provocada por un grave incidente ocurrido en marzo de 2023, en el que fueron detenidos varios cristianos libios y algunos expatriados, ha obligado a la pequeña comunidad cristiana a extremar las precauciones. Se ha producido una cierta evolución en la división Este-Oeste del país, y una mayor integración de los grupos de milicianos en las fuerzas de control del Gobierno. En general, Libia sigue siendo un lugar profundamente peligroso e inestable para los cristianos.
Los cristianos libios corren peligro en todas partes, pero especialmente los que viven en zonas con grupos islamistas radicales activos. La región que rodea a la ciudad de Sirte es una de esas zonas, donde hay integrantes del grupo Estado Islámico.
En el oeste, grupos vinculados a la desaparecida Coalición Amanecer Islámico controlan zonas de la ciudad de Trípoli y de sus alrededores. En el este, los grupos radicales están presentes en la ciudad de Bengasi. Los cristianos expatriados suelen evitar viajar, especialmente a zonas donde los militantes islámicos radicales puedan tener puestos de control.
Los cristianos migrantes que pasan por Libia para intentar llegar a Europa suelen acabar en superpoblados centros de detención en los alrededores de Trípoli. Y algunos ni siquiera llegan, porque son entregados a funcionarios criminales o traficantes de personas, forzándoles a realizar trabajos pesados en la agricultura o a entrar en la prostitución.
Los cristianos de Libia en general, mujeres y hombres, se enfrentan a tipos de persecución similares, pero suele ser más severa contra las mujeres. Estas viven bajo un estricto control familiar, lo que intensifica la persecución doméstica contra los conversos. Generalmente, las mujeres ocupan una posición inferior en el hogar debido a las normas tribales y a la sharía (ley islámica). Cualquier persona sospechosa de mostrar interés en el cristianismo puede ser sometida a arresto domiciliario, a agresiones sexuales, a matrimonios forzosos, e incluso a crímenes de «honor».
La cultura del honor libia exige a las mujeres y niñas un alto grado de modestia: quien no cumpla estas normas supone una vergüenza para la familia. Las mujeres cristianas que sufren violencia sexual por motivos de fe se enfrentan a importantes obstáculos para acceder a la justicia, como la reticencia a actuar de la policía o de la familia para hacer públicas las agresiones; y, además, la inadecuada legislación sobre acoso sexual y violencia doméstica.
Las mujeres y los hombres cristianos migrantes subsaharianos que pasan por Libia para poder llegar a Europa son muy vulnerables. Las mujeres, especialmente las que quedan separadas de sus compañeros varones, corren el riesgo de ser víctimas de trata de personas, secuestro y esclavitud sexual en los centros de detención de migrantes.
En Libia los hombres se enfrentan a graves actos de violencia física, especialmente si son descubiertos por su fe cristiana. También soportan intensas presiones para convertirse al islam, incluido el «Hayy forzado» —una práctica que también se usa en otras partes del norte de África como prueba de lealtad, esperando que esta peregrinación conduzca a su conversión.
A menudo, los hombres cristianos pierden sus empleos, sufren abusos y pueden ser expulsados de sus hogares. Y como proveedores de la familia, perder su capacidad de mantenerla les causa una profunda angustia psicológica. Dado que los riesgos son tan altos, formar grupos de hermandad es casi imposible a menos que los que se conviertan sean familias enteras. Los trabajos forzados y la esclavitud son habituales para los hombres subsaharianos, incluidos los cristianos que emigran a Libia.
Los jóvenes que viajan solos suelen ser secuestrados para realizar trabajos pesados o pedir rescate, dejando a sus familias en casa sufriendo emocional y económicamente sin su apoyo.
Puertas Abiertas trabaja con colaboradores locales e iglesias del norte de África para proporcionar formación en liderazgo y discipulado, fortalecer los medios de subsistencia existentes, proporcionar asistencia jurídica, asesoramiento en traumas, Biblias y atención postraumática.
Libia sigue siendo un país dividido por dos grupos que luchan por el control. Ora para que esta tensión no derive en una guerra civil que ponga en peligro a los creyentes.
Los trabajadores migrantes cristianos en Libia corren peligro en manos de grupos extremistas. Pide a Dios que los proteja, sobre todo en zonas donde no existe un verdadero Estado de derecho.
En Libia hay pocas iglesias y los conversos del islam se ven obligados a seguir a Jesús en
secreto. Pide a Dios que abra puertas para que encuentren una comunidad y puedan crecer en su relación con Cristo.
Señor Jesús, oramos por nuestra familia de hermanos en Libia, que te siguen arriesgando sus vidas y su sustento. Por favor, muestra a estos cristianos clandestinos que estás con ellos. Coloca personas y situaciones en sus vidas que los animen y les traigan esperanza.
Oramos por la paz en Libia, para que la tensión entre las facciones existentes no derive en guerra aumentando el peligro para los creyentes. Te pedimos que protejas a los trabajadores cristianos migrantes de los grupos extremistas, especialmente en las zonas fuera sin ley.
Por favor, abre las puertas para que los conversos encuentren una comunidad que les dé vida y haga que crezcan en su fe, a pesar de los desafíos a los que se enfrentan.
Oramos en tu nombre. Amén.
