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Muy Alto
Hay 18 800 cristianos en Bután. Aunque se trata de un país pequeño, los cristianos son una pequeña minoría: solo el 2% de la población total.
En Bután se supone que todo el mundo es budista. Cualquiera que se convierte al cristianismo es tratado con recelo y, por lo general, se hacen esfuerzos para que vuelva al budismo. Como en Bután no hay iglesias registradas, los cristianos se reúnen en casas particulares. El Estado no reconoce oficialmente ninguna iglesia, por lo que los cristianos que se reúnen en estas pequeñas congregaciones actúan ilegalmente y son vulnerables a sanciones penales. Además, las autoridades locales suelen denegar a los cristianos la documentación necesaria para solicitar préstamos, registrar propiedades, solicitar trabajo o renovar el documento de identidad.
En enero de 2024, un nuevo primer ministro asumió el poder, pero no se espera que el cambio tenga mucho impacto en la pequeña minoría cristiana del país. En general, Bután no empeora para los cristianos, pero las cosas tampoco parecen mejorar mucho, como demuestra la posición que ocupa este año.
«Dios ha sido bueno todo el tiempo. Me ha bendecido en mi trabajo y escucha mis oraciones. Me hace muy feliz saber que Dios está conmigo todo el tiempo. Él me guiará y bendecirá en cada situación»
Deki
Los conversos del budismo son los más vulnerables, ya que pueden sufrir presiones por parte de la familia, la comunidad y los funcionarios locales o nacionales.
En Bután, las cristianas son vulnerables a las presiones por motivo de su fe, sobre todo por parte de sus familias y comunidades locales. Las mujeres cristianas que se pasan del hinduismo o el budismo al cristianismo son las que corren mayor riesgo de sufrir persecución. Normalmente, sufren abusos emocionales por parte de sus familias o son abandonadas por sus maridos. El matrimonio forzoso también es un riesgo para las conversas. Las conversas solteras, especialmente las jóvenes, temen que se les presione para casarse con alguien no cristiano.
Los hombres y niños cristianos pueden sufrir persecución al ser repudiados por su familia o al exigirles que abandonen el hogar familiar. También es probable que experimenten una fuerte presión por parte de sus compañeros, la comunidad local y los colegas de trabajo, lo que aumenta su sensación de aislamiento y rechazo.
Deki (nombre ficticio), creyente butanesa.
«Los vecinos se burlaban de mis padres. Les acosaban y marginaban. Tacharon a la fe cristiana como religión extranjera y empezaron a sembrar la discordia en nuestra familia»
Deki
Puertas Abiertas trabaja a través de colaboradores locales para proporcionar ayuda inmediata a los creyentes butaneses cuando su fe en Cristo los lleva a sufrir diversos tipos de persecución. Fortalecemos a la iglesia perseguida en Bután principalmente mediante el apoyo en la oración y otras ayudas prácticas de emergencia.
Querido Señor, acompaña a mis hermanos de Bután que tanto arriesgan por seguirte. Oro por su fortaleza, su valor y su sabiduría. Descúbreles lugares donde puedan reunirse para adorarte, y protégeles mientras lo hacen. Ayuda a los jóvenes creyentes butaneses a crecer en la fe para poder ser la próxima generación de la Iglesia en esta hermosa nación. Te lo pido en nombre de tu hijo Jesús, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre. Amén.
