Hay alrededor de 950 000 cristianos en Bangladés, un diminuto 0,51 % de una población de 174,7 millones.
Los conversos, ya sean musulmanes, hindúes, budistas o de origen étnico o tribal, sufren las restricciones, la discriminación y los ataques más graves en Bangladés. Por miedo a los ataques de los extremistas, suelen reunirse en pequeñas iglesias en casa o en grupos clandestinos. Las iglesias que evangelizan entre la mayoría musulmana sufren persecución, pero incluso las iglesias tradicionales, como la católica romana, pueden sufrir ataques o amenazas contra su clero. En el periodo abarcado por el informe de la Lista Mundial de la Persecución de 2025 se produjo una gran agitación política en el país, con violentos disturbios que provocaron la dimisión del primer ministro y un aumento de los ataques extremistas contra los cristianos, especialmente los conversos. Los tiempos volátiles siempre suponen un reto especial para las minorías religiosas. Los cristianos que pertenecen a minorías étnicas pueden sufrir una doble persecución: primero, por su etnia; segundo, por su fe. Este año, miembros de la etnia Bawm, mayoritariamente cristiana, han sido asesinados, y muchos se han visto obligados a huir, atrapados en un complejo conflicto entre el ejército y grupos armados rivales.
Bangladés ha subido dos puestos en la Lista Mundial de la Persecución respecto al año pasado. Aunque las violentas protestas de agosto de 2024 fueron iniciadas en gran parte por grupos de estudiantes indignados por los sistemas de cuotas de empleo, la violencia se desbordó y se cebó especialmente con los cristianos. Los grupos radicales aprovecharon el caos para atacar a las comunidades cristianas, especialmente a los conversos. Se quemaron casas (incluidas iglesias domésticas) y algunos creyentes tuvieron que pasar a la clandestinidad. Esto es un recordatorio más de que la vida de los cristianos en Bangladés está plagada de peligros.
«Voy a la escuela y vuelvo solo a casa. Nadie quiere acompañarme ni jugar conmigo. Un día les pregunté por qué no me dejaban jugar con ellos. Se enfadaron mucho, me pegaron y me dijeron: "Tú eres cristiano. No eres de los nuestros. Te odiamos. No queremos jugar contigo"»
—Pero, niño cristiano de Bangladés
Los conversos (en su mayoría del islam, pero también del hinduismo, el budismo o las religiones tradicionales) son los que más riesgo corren de sufrir persecución en Bangladés. Aunque las conversiones son legales a nivel estatal, los conversos pueden sufrir fuertes presiones e incluso violencia por parte de su comunidad local. Además, los cristianos corren el riesgo de ser víctimas de importantes actos de violencia cuando pertenecen a comunidades étnicas o de refugiados.
En Bangladés, las mujeres y las niñas, sobre todo las conversas, son las más vulnerables a las violaciones tanto religiosas como de derechos humanos por parte de su familia más cercana, familia lejana, amigos, vecinos y comunidad local. La persecución de las mujeres cristianas es compleja y a menudo se oculta tras los matrimonios y la vida familiar, y se justifica por las normas sociales. La conversión al cristianismo se considera una traición y, por tanto, las mujeres y niñas cristianas pueden sufrir acoso, especialmente si no se ajustan a las normas de vestimenta.
Las agresiones sexuales, las violaciones, los divorcios y los matrimonios forzosos son formas habituales de persecución religiosa. Además, las mujeres y las niñas pueden sufrir formas específicas de violencia física destinadas a degradarlas y avergonzarlas. Las conversas, especialmente, pueden ser objeto de arresto domiciliario, una situación que un experto describe como «una vida en cautividad» en la que se les aísla de otros miembros de la familia, de sus iglesias y de sus comunidades.
Además, los campos de refugiados, como los que albergan a los rohingya que huyen de la violencia en Myanmar, siguen siendo lugares de mayor vulnerabilidad para las mujeres y niñas cristianas en una comunidad de mayoría musulmana.
Una muestra de la cultura patriarcal de Bangladés es que, por lo general, los hombres se convierten al cristianismo primero y sus familias los siguen más tarde. Asimismo, como líderes dentro de sus familias, los hombres y los niños suelen ser los primeros en enfrentarse a la persecución. La persecución contra los hombres suele ser más evidente que contra las mujeres: pueden ser golpeados, torturados y amenazados. Además, los hombres cristianos pueden verse atrapados en el conflicto entre los grupos armados locales y el ejército de Bangladés.
La presión de los miembros de la comunidad y de los líderes musulmanes locales también ha provocado que los hombres cristianos y sus familias se vean obligados a abandonar sus hogares. Los líderes de iglesia corren especial riesgo de ser detenidos, aunque el encarcelamiento es poco frecuente. Y, como los hombres son los principales proveedores en la cultura bangladesí, perder su trabajo a causa de su fe (o ser encarcelados por ello) afecta a toda su familia.
Mijanur es un cristiano de Bangladés.
«Somos perseguidos, afligidos y maltratados, pero no quebrantados»
Mijanur RahmaN
Puertas Abiertas trabaja con colaboradores en Bangladés para proporcionar a los perseguidos capacitación en preparación, discipulado, Biblias y otra literatura cristiana, programas de alfabetización y capacitación socioeconómica, y ayuda de emergencia inmediata a las víctimas de la persecución.
Querido Señor, oramos por tu pueblo en Bangladés. Te pedimos por su protección y para que no sean señalados por grupos radicales. Oramos por la estabilidad política y para que los cristianos sean reconocidos como embajadores de tu amor y paz a pesar de las pruebas. Por favor, recuerda a los cristianos de Bangladés que no están solos, sino que pertenecen a una Iglesia mundial que ora por ellos. Oramos por todo ello en el nombre de Jesús. Amén.