Marcos

«Creo que es una bendición en primer lugar poder servir a nuestro Dios siendo la voz de la iglesia perseguida y creando conciencia en otros hermanos. Es un privilegio poder ayudar a la iglesia que más está sufriendo simplemente por ser fiel al Señor. Cada vez que me subo a compartir es un desafío ya que esta labor hace que esté atento a necesidades infinitamente más profundas que las mías. Dios nos usa para impactar las vidas de otros hermanos y estos son movidos a orar, a ofrendar... y en definitiva servir a la iglesia perseguida».

Carmelo

«Cada una de las visitas ha sido una nueva experiencia cargada de bendiciones. Estas se enumeran, pero ninguna es antes ni más importante que la otra. En el ámbito del ministerio que realizamos, encuentro la satisfacción de ser como una ventana que, a través de ella, los hermanos de aquí pueden ver a los hermanos de allí. En muchas ocasiones encontramos hermanos que apenas conocen la situación de la Iglesia en otras partes del mundo. Me llena de gozo el poder compartirles sobre nuestros hermanos perseguidos, porque esto hará que se acerquen a la realidad. Cada Iglesia que visitamos es un nuevo grupo que se une para apoyar a nuestros hermanos en los diferentes ámbitos: Oración, colaboración, comunión. Y esto sabemos que le agrada a Dios, que seamos Uno con ellos».