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Más de 2.000 personas están encarceladas en Uzbekistán por sus creencias religiosas, uno de los mayores grupos de este tipo en el mundo.
Están «retenidos por cargos de “intento de derrocar el orden constitucional”, posesión o distribución de literatura prohibida, o pertenencia a grupos prohibidos», según un informe de la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de Estados Unidos, entidad gubernamental independiente y bipartidista.
Estas vagas acusaciones coartan la libertad de religión, conciencia y expresión, según la Comisión. También violan la propia Constitución de Uzbekistán y varios tratados internacionales de derechos humanos que el país ha suscrito.
Cuando asumió el liderazgo del país en 2016, el presidente Shavkat Mirziyoev liberó o indultó a más de la mitad de los presos religiosos que habían sido encarcelados bajo su predecesor, el presidente Islam Karimov.
La mayoría de los encarcelados durante el gobierno de Karimov eran musulmanes independientes y otros que se consideraban opuestos al régimen. Aunque muy pocos cristianos fueron encarcelados durante este periodo, «cientos fueron objeto de redadas y multas administrativas», según el informe.
En la actualidad, Uzbekistán sigue teniendo más presos religiosos que los que hay en todos los antiguos estados soviéticos juntos, según el informe. Muchos de ellos llevan ya más de 20 años en la cárcel, lo que «convierte a los presos religiosos de Uzbekistán en algunas de las condenas más largas relacionadas con la religión que se registran en el mundo», según el informe.
Mirziyoev llegó al cargo como «reformista», pero una ley de religión de 2021 ha mantenido la mayoría de las antiguas normas, como la exigencia de un permiso estatal para las actividades religiosas y la prohibición de compartir la propia fe con otras personas. Su gobierno también ha presionado a los periodistas y ha impuesto restricciones a las redes sociales y los sitios de mensajería.
Aunque Estados Unidos elogió a Uzbekistán el año pasado por haber realizado «progresos reales» en materia de libertad religiosa, el USCIRF recomendó a principios de este mes, que el país siguiera en la Lista de Vigilancia Especial de los países que «cometen o toleran graves violaciones de la libertad religiosa». La lista orienta al gobierno de Estados Unidos en la toma de decisiones que impulsan y promueven la libertad religiosa internacional.
Los cristianos autóctonos de origen musulmán son especialmente vulnerables a la presión tanto de las autoridades como de la familia y la comunidad. Las iglesias que no están registradas en el gobierno pueden esperar redadas policiales, amenazas, detenciones y multas. Entre el 1 de octubre de 2020 y el 30 de septiembre de 2021, seis cristianos fueron detenidos.
Señor, te pido que Tú cambies los corazones de los líderes y políticos de Uzbekistán para que legislen a favor de la libertad y la tolerancia. Te pido que los creyentes que están en prisión sean liberados y regresen con sus familias. Te ruego que la presión no suponga un menoscabo en la fe de tus hijos, sino que se mantengan firmes en Ti y sean sal y luz para los que les rodean. Amén.
