Azamat se convirtió a principio de los 90, cuando Dios lo sanó de fuertes dolores de estómago, y sintió el llamado de Dios para comenzar una red de grupos de hogar.
Sin embargo, los problemas y la persecución le hicieron caer en el desánimo. Poco a poco, Dios le levantó de nuevo, y ahora su ministerio es más fuerte que nunca.