Rumana tiene 9 años y dos hermanos pequeños. Vive con sus padres en Bangladés.
Trabaja duro en la escuela y ora para convertirse en Ma'am (maestra) porque dice que eso le dará el respeto y la autoridad dentro de su comunidad, no sólo para enseñar, sino también para educar a los niños y a sus padres sobre Jesús.
Hace actividades cotidianas como ayudar en casa, llevar agua, cortar verduras y cocinar arroz para su madre. También le gusta cuidar de sus hermanos pequeños y contarles historias bíblicas.
Pero en medio de la cotidianidad de su vida, Rumana sufre persecución, probablemente más a su poca edad que muchos cristianos en toda su vida. Sin embargo, sus palabras y su actitud nos animan a todos a celebrar el nacimiento de Jesús esta Navidad.
«Cuando estoy sola y no pueden verme, lloro»