El pastor Nam* falleció a los 68 años debido a un derrame cerebral el pasado 30 de enero, pocos días después de celebrar un servicio religioso en su casa tras la festividad del Año Nuevo vietnamita.
Nam pertenecía a la tribu Hre, que habita en la parte central de Vietnam. Nació ciego y quedó huérfano cuando era adolescente. Al crecer, recibió el apoyo de misioneros que compartieron el Evangelio con él, y se convirtió al cristianismo. Fue a la escuela en un campamento y aprendió inglés.
«Su ceguera no le impedía predicar la palabra de Dios cada semana».
Colaborador local
Ser cristiano en la tribu le llevó a enfrentarse a muchas persecuciones y dificultades. Sufrió amenazas y ataques físicos, perdió las prestaciones sociales del gobierno y fue humillado por sus vecinos. Sin embargo, a pesar de las dificultades, permaneció fiel. Sirvió a la iglesia como pastor principal y celebraba el culto semanal en su casa.
«Su ceguera no le impedía predicar la palabra de Dios cada semana. También ayudaba a traducir la Biblia al idioma hre. El pastor Nam sirvió fielmente hasta su último aliento», afirma Athan*, colaborador local de Puertas Abiertas en Vietnam. El pastor Nam dejó atrás a su esposa, que es mayor que él y vive sola, al estar todos sus hijos casados y tener sus propias familias.
A pesar de su vejez, la mujer sigue trabajando en el campo, ya que sus hijos no pueden mantenerla con sus escasos ingresos como agricultores. Ahora, sin su marido para ayudarla, la vida se hace más difícil. Pudo costear el funeral y el entierro de su esposo con la ayuda de sus familiares y amigos. El colaborador local de Puertas Abiertas también proporcionó ayuda económica y visitó a la familia durante estos momentos tan duros.
Señor, gracias por la vida y el testimonio del pastor Nam, quien te sirvió fielmente en medio de la opresión. Oro para que consueles a su familia y la proveas de todo lo que ellos necesitan en este momento. Pido que puedan experimentar tu cuidado en este momento tan duro. Amén.