Dos jóvenes han descubierto el elevado precio de seguir a Jesús en Sri Lanka.
Shani* (21 años) y Sasha* (16) son dos jóvenes cristianas convertidas del hinduismo. Ellas y su madre conocieron a Jesús hace unos cuatro años. Ahora, aman a Jesús y van a la iglesia todos los domingos.
Cuando estas hermanas tomaron la decisión de acercarse a Dios, su padre vivía en el extranjero. Por ello, no le importaba la nueva fe de sus hijas y su esposa o que asistieran a la iglesia.
Pero todo cambió cuando regresó a Sri Lanka.
El padre de Shani y Sasha les prohibió reunirse con otros cristianos. Cuando se dio cuenta de que su mujer y sus hijas no iban a dejar de ir a la iglesia, se enfadó y las amenazó. «Si no dejáis de ir a la iglesia, me iré de esta casa».
Las niñas no querían perder a su padre, así que se turnaban con su madre para ir a la iglesia en secreto. Su padre las obligaba a hacer ofrendas a los dioses hindúes en el altar de su casa, pero el amor de las tres mujeres por Cristo no se desvaneció y siguieron adorándole siempre que podían.
«Amo a Jesús. Pero también quiero a mi padre».
SHANI, cristiana de 21 años en Sri Lanka
Así pudieron mantener sus creencias durante dos años. Pero a principios de junio de 2022, uno de los primos de las niñas lo descubrió y las delató al padre. Enfurecido por la noticia, llegó a casa y golpeó a Sasha, Shani y a su madre. A la mañana siguiente, se marchó de casa. Más aún, su padre empezó a llamarlas y amenazó con suicidarse si no dejaban de ir a la iglesia.
Las niñas estaban destrozadas. «Amo a Jesús. Pero también quiero a mi padre», lloraba Shani.
Tras una semana fuera de casa, el padre de las niñas regresó. Pero la tensión familiar ha sido insoportable. «Papá se queda en el salón y nosotras en nuestra habitación», se lamenta Sasha. «No nos hablamos. Estoy empezando a odiar estar en casa».
Aun con todas estas barreras, Shani, Sasha y su madre han elegido seguir a Jesús.
En la actualidad, su padre todavía no les permite ir a la iglesia. Pero, tal y como nos confiesa Sasha, ellas siguen asistiendo en secreto turnándose cada semana. «En casa me visto como si fuera a clase, me cambio y voy a la iglesia».
Nuestros colaboradores sobre el terreno se reunieron recientemente con las dos niñas y su madre, para consolarlas, ayudarlas y fortalecer su fe. Oraron por ellas para que se mantuvieran fuertes en el Señor. Ahora, nuestros colaboradores piden oración por este trabajo con las tres mujeres, por su valiente fe y por que el amor de Dios cambie el corazón del padre.
*Nombres cambiados por razones de seguridad.
Señor, te alabo por el ejemplo de la valiente fe de Shani, Sasha y su madre. Te pido que te sientan muy cerca en medio de estas dificultades, y que tú les des oportunidades para poder seguir yendo a la iglesia y conociéndote. Toca con tu amor y poder el corazón de su padre para que deje de restringir su libertad, y bendice a los colaboradores de Puertas Abiertas para que lleven tu amor y fortaleza a esta familia de Sri Lanka. Amén.