A sus 14 años, Laila ya ha sufrido la persecución en Egipto por la fe en Jesús de sus padres y una dolorosa búsqueda de identidad que casi acaba con su vida.
El dolor en su vida continuó creciendo hasta que Puertas Abiertas intervino para apoyar a su familia, ofreciéndoles esperanza y nuevas oportunidades.
Esta ayuda también les mostró que no estaban solos, que eran amados y que tenían una nueva familia en Cristo que realmente se preocupaba por ellos.
«Jesús dijo que la Verdad nos hace libres y le creo»
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