Jorina siempre supo que ser mujer en su comunidad implicaba grandes desafíos, pero nunca imaginó los problemas que se le añadirían además por ser cristiana.
En el norte de Bangladés, donde ella nació y creció, las mujeres son consideradas socialmente menos valiosas que los hombres y abandonar el islam por el cristianismo cambia por completo tu relación con el resto de personas.
A pesar de que la Constitución garantiza la libertad religiosa, la realidad es distinta, como demuestra el terrible suceso que sufrió Jorina tras decidir seguir a Jesús y que ahora se ha atrevido a compartirnos.
«No podía compartir esto con nadie porque era un tema muy sensible y un incidente muy doloroso para mí. Lloré sin cesar en esa habitación»
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