Con apenas 13 años, Habiba fue secuestrada por los radicales islámicos. Aunque el miedo y los abusos físicos eran insoportables, lo peor estaba por llegar: Habiba fue constantemente abusada sexualmente y forzada a casarse con uno de sus captores.
Habiba se sintió sola y sin esperanza. Estaba esperando el día de su muerte, hasta que un día su madre, que también había sido secuestrada y estaba en otro campamento, logró encontrar a su hija y escapar de aquel horror.