Desde los 11 años, Malith* es marginado por sus profesores y compañeros en Sri Lanka por mantenerse fiel a Dios y no participar de otras religiones.
A pesar de todos los obstáculos, este adolescente cristiano decidió mantenerse firme en su fe y vivir una vida fiel al Señor. Cuando los colaboradores de Puertas Abiertas le preguntaron de dónde sacaba esa valentía para seguir a Dios siendo tan joven, él simplemente respondió:
«Ser cristiano es un estilo de vida. Participar en otras actividades religiosas va en contra de lo que dice la Biblia; por lo tanto, no puedo hacerlo».