El pastor Hkalam Samson, expresidente de la Convención Bautista de Kachin, fue condenado el pasado viernes 7 de abril en un tribunal interno de la prisión de Myitkyina, en la capital del estado de Kachin. The New York Times informa de que solo estuvieron
presentes su abogado y unos testigos.
A este hombre de 65 años no se le ha permitido ver a su familia, salvo a su esposa Zung Nyaw, quien se presentó en el estrado de los testigos durante el juicio.
La señora Nyaw declaró al periódico estadounidense que su marido había sido sometido a duros interrogatorios durante 24 días tras su detención. Sin embargo, afirmó que era un hombre que quería servir al bien común y no a sus propios intereses.
«Es un hombre que conoce y ama a Dios», afirmó. «Es un predicador, así que no tiene enemigos. Es una persona que se sacrifica y ayuda a los demás».
El pastor Samson fue detenido en el aeropuerto el 4 de diciembre, cuando se dirigía a Bangkok (Tailandia) para recibir tratamiento médico. Se le acusó de «terrorismo» y «asociación ilícita» por las reuniones que mantuvo con dirigentes de uno de los
grupos étnicos armados y con ministros del gobierno provisional en el exilio, el Gobierno de Unidad Nacional.
Sin embargo, fue una reunión de oración en la que citó la Biblia lo que dio lugar a la acusación de incitación. Durante una llamada de Zoom con jóvenes de Kachin que viven en otras partes de Asia, el pastor Samson pidió a la gente que «reconstruyera
la nación».
Fue declarado culpable en virtud de la sección 505(a) del Código Penal de Myanmar, que prohíbe hablar «con la intención de causar [...] miedo o alarma al público [...] por lo que cualquier persona puede ser inducida a cometer un delito contra el Estado
o contra la tranquilidad pública». Desde que el ejército tomó el poder en febrero de 2021, esta disposición se ha utilizado para silenciar a periodistas, abogados de activistas y políticos.
Su abogado ha dicho que recurrirán, pero no se muestra optimista sobre el resultado. «Encarcelar a una persona inocente durante seis años es demasiado», declaró al periódico la hija del pastor, Hkalam Hparat Hkawn. «Ahora no solo amenazan nuestra libertad
de expresión, sino que tenemos miedo hasta de respirar».
Señor, te doy gracias por la vida del pastor Samson, y ruego por su pronta liberación. Te pido que pueda regresar pronto con su familia, y también que tú cubras las necesidades de esta. También oro que la iglesia de Myanmar no se desanime, sino, por el contrario, que puedan permancer firmes en ti. Amén.