Malasia es conocida por su gran diversidad racial, religiosa, cultural, gastronómica y de tradiciones. Sus gobernantes siempre han promovido la idea de un país diverso y pacífico que viva en armonía. Sin embargo, últimamente se han producido muchos incidentes en los que la raza y la religión se utilizan como instrumentos en la guerra política del país, lo que da lugar a una plétora de pensadores radicales y a la perturbación de la paz dentro de las comunidades.
Hace muy poco, en el estado de Selangor, en Malasia Occidental, se promulgó esa fatwa que prohíbe a todos los musulmanes entrar en lugares de culto no musulmanes. Se trata de una reacción al Ministro de Deportes, que organizó un acto para que todos los malasios, especialmente los no creyentes, aprendieran más sobre el cristianismo. Esto provocó una reacción negativa por parte del sector islámico, que argumentó que va en contra de la ley antipropagación existente, recogida en la Constitución malaya y que prohíbe a los no musulmanes hacer propaganda entre los musulmanes.
La fatwa ha suscitado muchos sentimientos encontrados entre los malasios. Algunos están de acuerdo y afirman que la fatwa no es más que un recordatorio de lo que ya se menciona en la Constitución. Sin embargo, otros argumentan que el hecho de que un musulmán entre en un lugar de culto no equivale a hacer propaganda y, por lo tanto, no debería estar sujeto a la ley.
Muchos musulmanes malayos han compartido su experiencia de entrar en un lugar de culto no musulmán, normalmente para asistir a eventos como bodas o funerales. Para algunos supone una importante fuente de ingresos, sobre todo si se dedican a la coordinación de bodas o eventos, a la instalación de sonido o a la fotografía. Argumentan que una prohibición total no solo es poco práctica, sino que va totalmente en contra de la idea de una convivencia armoniosa.
Syed Saddiq, político musulmán y jefe del partido político MUDA, mencionó que, en muchas ocasiones, funcionarios gubernamentales musulmanes e incluso miembros de la realeza del país (que son la cabeza del islam) han visitado lugares de culto no musulmanes como acto de respeto hacia la religión, al tiempo que promovían la paz dentro de las comunidades.
MUDA es un partido político que promueve la armonía racial dentro de la nación. «¿Cómo queremos que nuestros hijos vivan en una sociedad armoniosa cuando no pueden entender la religión y la cultura de sus propios compañeros?», pregunta Syed Saddiq en un vídeo publicado en las redes sociales.
Uno de nuestros colaboradores locales declaró: «Es alarmante ver el aumento de incidentes como este, que dan cada vez más control a la autoridad islámica y restringen los derechos de las minorías de este país, especialmente de los cristianos. Esta fatwa fue una reacción a un acto cristiano abierto al público en general». Se refería a una prohibición similar que se produjo en otro estado de Malasia, Johor, y a la prohibición de una película que promovía la tolerancia religiosa. «Sin embargo, creo que se ha producido un cambio de mentalidad entre las minorías e incluso entre los miembros de la comunidad islámica. La gente se está hartando de ser controlada y lo está expresando».
Nuestros colaboradores locales siguen fortaleciendo a la iglesia local en medio de incidentes como este. Se trata de un momento trascendental para que las iglesias se mantengan firmes.
Señor, te doy las gracias por tu pueblo en Malasia. Oro para que tú quites todo obstáculo para que ellos puedan vivir su fe en libertad, y también que les des sabiduría. Te pido que los guardes del peligro, en especial a los líderes, para que puedan ser luz para la población. Amén.