África Subsahariana sigue confirmándose como uno de los lugares más peligrosos del mundo para los cristianos. Durante este año 2023, hemos recibido muchos informes sobre ataques violentos en zonas de Nigeria, la República Democrática del Congo o, como en este caso, Níger. El sufrimiento del pueblo de Dios en esta región es inconcebible y resulta profundamente triste recibir otra dura noticia.
Esta vez, el incidente tuvo lugar en Níger, cerca de la frontera con Burkina Faso.
Los cristianos que viven en esta región se enfrentan a una fuerte presión por parte de los grupos extremistas islámicos que actúan en los alrededores. Entre ellos, se encuentra el conocido grupo terrorista Estado Islámico. Algunas iglesias se han visto obligadas a cerrar, y los creyentes viven atemorizados; algunos incluso han tenido que huir de su hogar debido a la creciente inseguridad.
Durante el pasado agosto, uno de estos grupos militares islámicos irrumpió en dos iglesias de un pueblo de esta parte de Níger. Unos cuatro hombres armados entraron de repente en mitad del culto. Según los testigos, cada atacante llevaba un fusil de asalto, un cuchillo y un látigo.
«¿No habéis oído que hemos prohibido los actos de culto cristianos en esta zona?».
Los cristianos allí reunidos se disponían a concluir la oración cuando los hombres entraron en la iglesia y apuntaron con sus armas a la gente. Según un creyente presente en el ataque, preguntaron a los asistentes: «¿No habéis oído que hemos prohibido los actos de culto cristianos en esta zona?».
Atemorizados, respondieron que no tenían conocimiento de tal prohibición. «Llevamos tres años en esta región», les respondieron los extremistas. «¿Cómo vais a decir que nunca habéis oído que hemos prohibido los actos de culto cristianos en la zona? Si decís que no habéis oído nuestra advertencia, nos estáis mintiendo».
Los hombres armados ordenaron a los cristianos que se arrodillaran. Uno de los yihadistas cogió su látigo y les dijo que iba a azotarles por desobedecer su medida contra el culto. Afortunadamente, los extremistas perdonaron a las mujeres embarazadas o con hijos. Pero, aun así, en total golpearon a 14 hombres y tres mujeres. El pastor recibió aún más golpes con el látigo.
Antes de irse, dejaron a estos hermanos africanos con la advertencia de que pusieran fin a cualquier acto cristiano en el pueblo. Según el creyente que estaba allí, les dijeron que, si querían seguir reuniéndose en el pueblo, debían convertir sus iglesias en mezquitas, porque el cristianismo está prohibido en la zona.
Pero el horror no acabó ahí.
Los yihadistas fueron a otra iglesia donde se reunían algunos jóvenes creyentes. Allí atraparon a otros tres cristianos y los golpearon. Les dijeron que, si intentaban seguir adorando a Jesús, ISIS volvería y destruiría el pueblo.
Según los colaboradores locales de Puertas Abiertas, antes había cinco iglesias en el pueblo, pero ahora todas están cerradas.
Aquel mismo día, los extremistas se dirigieron a otros dos pueblos para impedir las reuniones de cualquier iglesia, imponiendo el mismo mensaje: si querían seguir celebrando el culto en su pueblo, más les valía hacerse musulmanes y convertir todas sus iglesias en mezquitas. El cristianismo no está permitido en esa zona porque está bajo el control de estos grupos extremistas islámicos.
Este último atentado demuestra lo vulnerables que son los cristianos en esta zona de Níger y Burkina Faso, así como en la parte general de África en la que se encuentran, la región del Sahel. La inestabilidad política tampoco ha ayudado. Burkina Faso, Malí y Níger han sufrido golpes de estado en los últimos dos años, a menudo debido a la violencia causada por estos radicales violentos.
Nuestros colaboradores locales nos piden que oremos con nuestra familia en Níger y Burkina Faso mientras la región sufre aún más dolor y violencia.
Señor, hoy lloro con mis hermanos en Níger y en toda el África Subsahariana que tanto están sufriendo a manos de extremistas. Ábreles un camino para poder seguir reuniéndose en tu nombre y aviva su fe ahora que está siendo puesta a prueba por la violencia. Aviva también a toda la Iglesia del África Subsahariana, y obra con poder en los lugares más peligrosos del mundo para los cristianos, para recordarnos que no hay nada imposible para ti, Padre. Amén.