En un pequeño apartamento, se reúnen unos 25 cristianos de entre 10 y 20 años.
Estos jóvenes creyentes están ahí para aprender acerca de Jesús. El simple hecho de que puedan reunirse ya es todo un milagro.
Este encuentro es, en realidad, un campamento organizado por colaboradores locales de Puertas Abiertas, un evento que no suele poder celebrarse muy a menudo. Estos jóvenes viven en un país predominantemente musulmán donde es tan peligroso ser cristiano que ni siquiera podemos compartir sus nombres o en qué parte de Asia se encuentra. Allí, la libertad religiosa está restringida y los habitantes no pueden practicar otra fe que no sea el islam. Los cristianos no pueden alabar públicamente ni tener una iglesia abierta.
Sin embargo, estos jóvenes se atreven a reunirse. Este paso tan valiente de fe lo dan gracias al apoyo y las oraciones de los colaboradores de Puertas Abiertas alrededor del mundo, que les recuerdan a estos pequeños hermanos que son miembros del cuerpo de Cristo. valiosos y amados.
La mayoría de los creyentes que viven en este lugar son expatriados de varios países de Asia. Algunos llevan viviendo 20 años en el país. Desde que viven ahí, han formado una comunidad de cristianos que se reúnen discretamente en un pequeño apartamento para adorar.
Este campamento de jóvenes se organizó para que acudieran los hijos de algunos de estos creyentes expatriados y se realizó en la misma sala pequeña que se utiliza para los cultos semanales. Para muchos de estos jóvenes, este fue su primer campamento, una oportunidad poco habitual para reunirse con creyentes de su edad y crecer en su fe juntos.
Nuestros colaboradores locales compartieron con ellos acerca de los fundamentos de lo que significa ser cristiano, cómo leer y aplicar la Biblia en el día a día, y ser sal y luz en su comunidad. Los jóvenes estaban muy felices y tenían muchas ganas de aprender algo nuevo y potenciar su fe.
«Estamos muy felices porque la oportunidad de hacer crecer nuestra fe en este país [es pequeña] debido a las leyes tan estrictas»
«Estamos muy felices porque la oportunidad de hacer crecer nuestra fe en este país [es pequeña] debido a las leyes tan estrictas», compartió uno de los participantes. «Las actividades realizadas son muy sencillas, pero nos ayudan y nos resulta muy interesante aprender tantas cosas sobre Jesús».
Una de las jóvenes cristianas que asistió asegura que aprendió muchas cosas nuevas en el campamento. «Aprendí cómo estudiar y meditar [en] la Biblia de una manera interesante y sencilla. También aprendí dónde empezar a buscar [a] Jesús».
«Las clases sobre el amor de Jesús y la guía sobre la lectura de la Biblia tocaron profundamente mi corazón», afirma otro joven. «Los juegos que hicimos y la manera en que nos trataron, con tanto cuidado y respeto, me dejaron una huella duradera».
Un niño de 10 años dice: «Antes de esto, no sabía nada sobre el Espíritu Santo y pensaba que solo las personas mayores podían recibirlo, pero ahora sé que puedo recibir el poder del Espíritu Santo porque creo en Jesús».
«Voy a comenzar mi camino con Jesús meditando en su palabra, como se nos ha enseñado en el campamento», exclama otro participante.
Nuestros colaboradores locales también organizaron una sesión de preguntas y respuestas en las que los campistas podían preguntar cualquier cosa con libertad. Los jóvenes hicieron muchas preguntas sobre temas como las relaciones, el Espíritu Santo, las relaciones entre iguales, las adicciones y demás. «He encontrado respuestas a mis preguntas y ahora tengo una visión más clara respecto a ciertas cosas», dice otro joven.
Nuestro colaborador local comparte lo siguiente: «Es increíble ver a estos jóvenes tan receptivos y deseosos de aprender más acerca de Jesús».
«Es maravilloso haber presenciado cómo estos 25 jóvenes se reunieron en una sala pequeña y estrecha únicamente para aprender más acerca de Jesús», dice otro colaborador de Puertas Abiertas. «Están tan emocionados y unidos… Estos jóvenes tienen el deseo y el entusiasmo por venir y aprender a estar unidos en Cristo».
Señor, qué gran bendición son los campamentos para jóvenes y adolescentes, y cuánto más en medio de un contexto tan difícil como este. Gracias por proteger este encuentro, sigue haciéndolo por muchos años más. Impulsa la fe de estos chavales para que lleven luz a su entorno y se sientan acompañados por otros jóvenes como ellos y por la Iglesia mundial. En el nombre de Jesús, amén.