Durante el golpe de Estado de la pasada semana, los militares detuvieron al primer ministro Abdalla Hamdok. Tras un día de intensa presión internacional, fue trasladado a su casa a última hora del martes, dijo su oficina. Hamdok está «bajo estrecha vigilancia», mientras que otros ministros y dirigentes civiles continúan detenidos.
Con los disparos que se oyen de fondo, una fuente cristiana de Sudán que no puede ser nombrada por razones de seguridad, pidió que se siga orando por el país. «Por favor, sigan orando para que veamos una intervención en esta situación.
Necesitamos realmente ver la mano de Dios en este asunto. Es realmente muy duro. Es realmente una situación muy dura... Aunque está en calma, pero nadie sabe lo que va a pasar después. Así que oren por nosotros».
Durante el golpe de Estado de la madrugada del lunes, los militares detuvieron al primer ministro Abdalla Hamdok. Tras un día de intensa presión internacional, fue trasladado a su casa a última hora del martes, según informó su oficina. Hamdok estaba «bajo estrecha vigilancia», mientras que otros ministros y dirigentes civiles seguían detenidos, añadió su oficina.
Mientras tanto, el general Abdel Fattah al-Burhan, líder del golpe, defendió la toma del poder por parte del ejército, afirmando que había derrocado al gobierno para evitar una guerra civil. Acusó a los políticos de incitación contra las fuerzas armadas, refiriéndose al hecho de que ministros del Gabinete habían asistido a manifestaciones la semana pasada para protestar contra la perspectiva de una toma de poder militar.
Las protestas continuaron el martes, y un funcionario del Ministerio de Sanidad dijo que siete personas habían muerto en enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
La fuente de Puertas Abiertas, compartió una imagen de barricadas en la calle, explicando: «Esta es la forma en que los civiles cierran la calle frente a los militares, para pararlos fuera de los barrios porque piensan que si se abre el camino se derramará mucha sangre y morirán muchas personas. Por eso utilizan esta vía para impedir que los militares entren en los barrios o en las zonas donde vive la gente».
Los sucesos han provocado una interrupción de las actividades eclesiásticas, aunque los cristianos han tratado de reunirse para impartir enseñanzas y tener comunión, explicó la fuente: «Algunas personas tuvieron una reunión de reavivamiento, me llamaron para que ayudara y predicara, pero luego cancelaron todo debido a la situación. Así que todo se detuvo, se congeló. Incluso las reuniones espirituales... hoy en mi iglesia teníamos estudio bíblico, no hay nadie que haya venido a este estudio bíblico (porque no hay transporte disponible)».
Concluyó: «Que Dios los bendiga y bendiga a todos los que aún nos recuerdan en sus oraciones».