Los cristianos han hablado, cantado, susurrado, escrito y meditado en estas palabras a lo largo de los siglos. Las palabras dichas por David cuando huía de Saúl y se escondió en una cueva; las cartas de Pablo, que animaron y desafiaron a las iglesias que se enfrentaban a oposición; las enseñanzas de Jesús al compartir su vida y su sabiduría con la gente, preparándoles para el difícil camino que habían escogido. Son las palabras a las que los cristianos perseguidos siguen aferrándose.
Todas ellas componen la Biblia y son una fuente de inspiración, esperanza y significado para los cristianos de todo el mundo, a toda hora y en todo lugar.
Hemos planteado la siguiente pregunta a nuestros hermanos y hermanas que tanto arriesgan por seguir a Jesús: ¿Cuáles son los versículos clave para ti, esos a los que te aferras para recibir fortaleza, ánimo, valentía y consuelo? Esperamos que entre los siguientes versículos y sus historias encuentres algunos que hayas pasado por alto o puedas verlos de otra manera. Oramos para que, en medio de tus pruebas y adversidad, recuerdes estas promesas de vida que Dios nos ha dado por medio de Su Palabra.
Nuestros hermanos y hermanas perseguidos en países como Laos, Nigeria, Siria, Irak y China tienen mucho que compartir con nosotros y enseñarnos.
1. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. (Salmo 91:4)
«Me aferré a este versículo cuando encarcelaron a mi marido por su fe. Tenía mucha fe en que el Señor cuidaría de él. Sabía que iba a estar bien, porque Dios está con él. Creo en la promesa de Dios». —Bouapha, Laos
2. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. (Mateo 7:7)
«Nos gusta este versículo porque nos recuerda que, cuando oramos, Dios satisface nuestras necesidades. Tuvimos que dejar nuestra casa con lo puesto, por causa de nuestra fe. Siempre orábamos declarando este versículo. Poco a poco, Dios proveyó a través de Su pueblo. Ahora tenemos un sustento». —Chendo* y Kamala*, un matrimonio de Nepal
3. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. (Romanos 8:38-39)
«Tuve que mudarme en más de tres ocasiones a pueblos diferentes, ya que sus habitantes se oponían a mi fe. Me han acusado falsamente, encarcelado e interrogado. Pero he seguido sirviendo al Señor allá donde he ido. He podido reunir a la gente y orar. Esos versículos siempre me recuerdan que nada me puede separar del amor de Dios. Su amor me capacita para enfrentarme a las pruebas y a la oposición. Mi familia y yo seguiremos sirviendo al Señor cada día de nuestra vida». —Shekhar*, norte de la India
4. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. (Jeremías 29:11)
«Este es el versículo que escuché cuando me convertí. Me animó, porque hay un futuro, hay esperanza y hay un plan, aun en medio de la persecución y el sufrimiento. No voy a permanecer igual. No voy a permanecer en esta situación. La Palabra dice que los planes de Dios no son de mal, dolor ni sufrimiento. Son de gozo». —Waswa*, Uganda
5. Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe [...]. (Hechos 14:22)
«Para entrar en el Reino de Dios tenemos que pasar por muchas pruebas. Pablo fue muy realista con sus seguidores. Les dijo que era necesario pasar por muchas circunstancias adversas, pruebas y dificultades para entrar en el Reino de los Cielos. Por eso, este versículo fue mi visión en mi tribulación». —David, Oaxaca (México)
6. Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos. Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra. (Deuteronomio 11:18-21)
«Estos versículos me muestran lo que Dios nos ordena que hagamos. Tenemos que seguirle fielmente y en obediencia, y criar a nuestros hijos en Sus caminos». —Hermana Jing*, China
7. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. (Salmo 23:4)
«Cuando detuvieron a mi marido por primera vez, estábamos prometidos. De repente se lo llevaron de casa. En Eritrea, tu vida siempre está en peligro. A pesar del miedo, somos valientes. Este versículo me conforta: aunque estés en la cárcel, aunque estés en la calle o aunque seas perseguido, Dios está contigo, no importa el lugar. Y Dios entiende nuestra situación. Jesús la entiende. Él también la experimentó por nosotros». —Mirjam*, Eritrea
«Me gusta este versículo porque, cuando me enfrento a dificultades, sé que Él está conmigo. No tengo que tener miedo. Puedo estar tranquilo y me siento seguro. Este pasaje me fortalece frente a las dificultades». — Ko Aung *, Myanmar
8. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. (Mateo 5:13-14)
«Yo era la única persona cristiana de mi clase en la universidad e intentaba mostrar el amor de Jesús a mis compañeros. Cuando, al final del curso, empezaron a ponerse motes entre ellos, a mí me llamaron “la sal de la clase”. Recordé lo que Jesús dijo sobre la sal en la Biblia y me alegré de que mis compañeros me llamaran así». —Hanen, Irak
9. No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. (1ª Pedro 5:3)
«La gente de mi pueblo me persiguió. Me acusaron falsamente y pasé tres meses en la cárcel. Este versículo me da fuerzas para vivir en este pueblo. Estoy aquí porque el Señor quiere que dé ejemplo. En medio de mis circunstancias, siempre me anima saber que el Señor me ha traído aquí para ganar almas para Su Reino». —Dorji Rai*, Bután
10. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)
«La persecución comenzó en cuanto conocí a Jesús. Mi familia intentó que volviera a convertirme al islam. Mi fe en Jesús ha puesto en peligro mi vida. He estado en la cárcel por Él. He perdido todas mis posesiones, incluso mi casa. Pero Él entregó a Su Hijo por mí. Vale la pena. Voy a seguir compartiendo Su esperanza». —Aman*, Sudán
«Este versículo, las palabras de Jesús, me convencieron para que decidiera abandonar el islam y convertirme al cristianismo. Me bauticé dos años más tarde y empecé a reunirme con otros hermanos en secreto». —Melanie, República Democrática del Congo
11. Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
«Este versículo es mi ancla. Dice que somos testigos de Jesús ante los demás. Testificamos con nuestra forma de hablar, de actuar, de vivir; con todo lo que hacemos. Nuestras vidas son un testimonio. Así que tengo que ser un testimonio para los que me rodean. Incluso para los que me hacen la vida imposible. En mi tarjeta de identidad, dice que pertenezco a la tribu chin y a la religión cristiana. Cuando la gente lo ve, no me da prioridad. Me discriminan. Esto es lo que experimentamos en Myanmar. Les damos igual. Este versículo me anima a enseñar a otros y guiarlos hacia Dios. Aunque el camino es duro, hay gozo. No lo veo como un problema, ya que nuestra carga es compartir lo que conocemos de la Palabra de Dios; cuando lo hacemos, cuando somos obedientes y testificamos de Él, esa carga se aligera». —Cho*, Myanmar
12. Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuando te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde. (Salmo 141:1-2)
«Mi historia es un testimonio de oración fiel. Es imposible vivir sin ella. Oramos para que nuestras vidas sean transformadas. Oramos para que Dios traiga paz a nuestro país. Oramos por nuestro hijo». —Lalise*, Etiopía
13. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28)
«Con este versículo, recordé una época en la que estaba pasando por dificultades económicas, mentales, emocionales y espirituales, y cómo Dios me dio descanso. Esto me confirmó que Dios me ha elegido para Su obra. Compartí sobre la Biblia y sobre mi testimonio con todos los que me rodeaban. Les conté que había encontrado al único y verdadero Dios. Desde ese día, empecé a visitar a gente y orar por ellos». —Shekhar*, un creyente de origen hindú de Nepal
14. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
«Estas palabras me acompañaron en los días posteriores al terremoto. Dios nos protegió a mi familia y a mí. No sé de dónde saco las fuerzas para hacer lo que estoy haciendo, pero sé que Dios estuvo conmigo y que lo sigue estando». —Merry, superviviente del terremoto en Siria
15. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. (Salmo 23:4-5)
«Hace 30 años, fundé una escuela bíblica clandestina. Experimenté mucha persecución. Me golpearon y me encarcelaron, tuve que huir de las autoridades por la selva. Hubo momentos en los que casi se me salía el corazón del pecho cuando me paraba la policía local. A lo largo de mi viaje, Dios siempre ha estado conmigo. Dios ha hecho milagros, me ha protegido y consolado. He experimentado la verdad del salmo 23». —Pastor Barnabas*, colaborador de Puertas Abiertas en Vietnam. Miles de discípulos se han graduado por todo el país en la escuela bíblica clandestina fundada por Barnabas.
16. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. (Gálatas 6:14)
«Leer estos versículos me anima a seguir adelante. Él es quien me anima y me fortalece. Me sostiene, a pesar de los desafíos. Quiero compartir con los demás el Evangelio y cómo Jesús me ha ayudado en todas las situaciones difíciles a las que me he enfrentado. Mi marido y mi hijo han muerto, pero el Señor me ha dado descanso». —Worke*, este de África
17. Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (Salmo 27:1)
«Como el ambiente en el que me encontraba me parecía oscuro, con tanta necesidad y violencia, me aferré a Jesús como esa luz, pero también como esa salvación en tiempos de desesperación. Que no debía temer si estaba con Él, aunque hubiera enemigos al acecho. Es un versículo que me inspiró a confiar y descansar en Jesús». —Laura, Colombia
18. Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días. (Salmo 23)
«Mi tío me abofeteó y me culpó del suicidio de mi padre. Después, mi tía me obligó a abandonar mi fe, diciendo que me daría una vida maravillosa y me dejaría estar con mis hermanos. Pero me negué. Aunque lo que estoy viviendo es oscuro y arriesgado, sé que Dios está conmigo cuando recito este salmo». —Rinna*, sur de Filipinas
19. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. (Juan 10:29)
«Confiar en el favor de Dios en la noche más oscura fue mi única opción. Cuando estaba en la selva y perdí a mi bebé, fue mi momento de mayor debilidad, pero me aferré a las palabras de Jesús». —Hajaratu*, Nigeria
20. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. (Mateo 16:24)
«Este es mi versículo de fe. Me animó mucho a mantenerme firme y arriesgarme por seguir a Jesús. Fui la primera persona de mi familia en convertirme y he sufrido mucho debido a esa decisión. Pero Jesús dijo que tengo que cargar su cruz cada día. Oro para que pueda seguirlo siempre». —A Lam*, Altiplano Central de Vietnam
21. El Señor es mi pastor [...]. (Salmo 23:1)
«Cuando estaba en la cárcel, me aferré a este pasaje, sobre todo al primer versículo: “El Señor es mi pastor”. Es mi salmo favorito. Lo aprendí en China y meditaba en él cada día cuando estaba en el campo de prisioneros en Corea del Norte. Sabía que era un mensaje de ánimo en un lugar horrible. Este salmo me ha enseñado mucho: puede que haya estado encarcelado en un valle oscuro, pero eso no importaba. Jesús es mi pastor y sentía paz, a pesar de las circunstancias. Aunque sentía que estaba literalmente en el valle de sombra de muerte, no tenía miedo. Dios me consolaba cada día». —Hea Woo*, refugiado norcoreano
22. Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. (2ª Timoteo 3:12)
«Un día encontré este versículo. Me tocó el corazón y fortaleció mi fe. Empecé a aceptar que tal vez Dios había permitido que mi hijo muriera para probarme, porque quiere que dependa más y más de Él. Este versículo también me abrió los ojos: ¿Qué pasa con los recién convertidos que son perseguidos, golpeados, cuyas casas son quemadas y que son amenazados si no renuncian a su fe? So no los visitamos y animamos, ¿cómo van a permanecer firmes en la fe? Sé lo que es sentir dolor y desear tener a personas que te animen. Quiero acompañar a esos creyentes». —Maixay*, Laos
23. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10)
«A pesar de la situación tan difícil en la que nos encontrábamos, siempre recordé estas palabras y las guardé en mi corazón, sabiendo que Dios siempre estaba conmigo». —Víctor, de Jalisco (México)
*Nombres cambiados por motivos de seguridad.