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Ser cristiano en Libia parece imposible. De hecho, este último año se ha convertido en el tercer país más peligroso del mundo para seguir a Jesús (Lista Mundial de la Persecución 2024). Por eso mismo, tenemos que ser uno con ellos, orando y apoyándoles.
No podemos revelar muchos detalles sobre la situación en Libia. Nuestros colaboradores sobre el terreno nos aseguran que es muy peligroso incluso hablar de los creyentes locales, ya que puede añadir más presión por parte de la sociedad y el gobierno.
Pero sí que podemos contar cómo es la vida diaria de los cristianos libios y, lo más importante, cómo podemos orar por ellos.
Las autoridades afirman que Libia es una nación completamente islámica donde la ley Sharía (ley islámica) determina cómo funciona la nación y cómo deben afrontarse los problemas. Esto significa que, ante los ojos de la sociedad, no puede haber cristianos en Libia.
Y eso es lo que los gobernantes quieren que la gente crea: que no hay cristianos en Libia.
Los gobernantes quieren que la gente crea que no hay cristianos en Libia
Pero la realidad es mucho más complicada.
Debido a que la mayoría de los creyentes en Libia ocultan su fe (a veces durante años), el número exacto de cristianos libios no se conoce con exactitud. El mayor riesgo para los creyentes es cuando expresan su fe públicamente, sobre todo si vienen del islam. Cuando estos conversos son descubiertos, empiezan a ser despreciados por su propia familia y amenazados por las milicias islámicas y el gobierno libio.
De los 7 millones de personas que componen la población de Libia, Puertas Abiertas estima que alrededor de 35 000 son cristianos. La mayoría de estos creyentes son migrantes extranjeros provenientes de lugares como Egipto y África Subsahariana.
Pocos de ellos son libios que se han convertido del islam; pero cada creyente en Libia puede sufrir una persecución intensa por parte de su familia, gobierno o vecinos. Los cristianos corren el riesgo de ser encarcelados y están en constante peligro de perder su vida.
Así pues, los seguidores de Jesús siempre han sufrido persecución en Libia. La única diferencia es el perpetrador de tal violencia y discriminación.
Como dictador gobernante de Liba desde 1969 hasta su muerte en 2011, Muamar Gadafi perseguía a los cristianos; pero cuando él y su gobierno fueron derrotados, simplemente fueron reemplazados por otras personas que perpetuaron esta persecución.
Las milicias islámicas extremistas y otros grupos radicales cazaban a cualquiera que fuera en contra del estatus-quo y la sociedad islámica, como suele ser el caso de los cristianos.
Los cristianos en Libia (incluidos los creyentes migrantes) son una mezcla entre creyentes que se convirtieron del islam y otros que fueron nacidos y criados como cristianos en el África Subsahariana y Egipto. Estos creyentes son atraídos a Libia por oportunidades de empleo y la posibilidad de ganar más dinero para enviar a casa; pero otros terminan en este país africano con la esperanza de llegar a Europa.
Sin embargo, este continente cerró sus fronteras y ahora muchos de esos emigrantes están detenidos en campamentos o atrapados en Libia, donde también sufren opresión y persecución.
En Libia hay pocas iglesias, todas ellas dirigidas a comunidades emigrantes; pero, incluso dentro de estos locales cristianos, los creyentes están en peligro. Siete cristianos coptos fueron capturados y ejecutados en 2014, y en 2015 fueron secuestrados y degollados otros 21 por Estado Islámico.
Aun así, la actividad más peligrosa en Libia para los cristianos es el evangelismo. Compartir públicamente su fe es ilegal y hablar de Jesús a otros es peligroso. En una nación donde el islam es la ley y el cristianismo no es una opción, tolerar a los cristianos no es algo que el gobierno libio apoye. De hecho, existe una fuerte presión social para hacer que las personas vuelvan al islam.
Esta realidad fue severamente demostrada a principios del 2023. En marzo, 6 libios fueron detenidos, maltratados y condenados a pena de muerte por creer en Jesús y haber abrazado el cristianismo. La Agencia de Seguridad Interna de Libia consideraba a estas personas una banda organizada, y los arrestaron por convertirse al cristianismo y hacer proselitismo en una región donde la libertad de culto no existe; incluso cinco meses después de su detención, su destino era incierto.
El cristianismo parece imposible en Libia, pero Dios está obrando allí, incluso cuando no se puede ver
Las autoridades libias querían cerrar el caso, ya que esta historia se dio a conocer mundialmente, propagándose en las calles y en las redes sociales; de hecho, los ciudadanos del país han empezado a sentir curiosidad por el cristianismo por primera vez como resultado de este problema. El gobierno libio quiere que las personas olviden todo acerca del incidente y acerca del cristianismo, pero también quieren que les sirva de lección a otros cristianos e iglesias.
El cristianismo parece imposible en Libia, pero Dios está obrando allí, incluso cuando no se puede ver. La Biblia nos dice que, si un creyente sufre, toda la Iglesia sufre también (1 Corintios 12:26). La Iglesia global ha servido como la única familia para estos cristianos libios encarcelados y como su único recurso de esperanza.
El objetivo de Puertas Abiertas es asegurarse de que un creyente nunca está realmente solo. La Iglesia siempre encontrará la forma de levantar y apoyar a cada cristiano perseguido para que pueda afrontar cada reto y dificultad con esperanza.
Por eso es tan importante que oremos con el pueblo de Dios que está en Libia. Hoy, y cada día que hables con Dios, pídele por Libia, por los cristianos en prisión y por la Iglesia del país. Nuestros hermanos libios arriesgan todo lo que tienen por seguir a Jesús, y debemos animarlos y pedirle a Dios que los fortalezca y que cure sus heridas.
*Imágenes representativas utilizadas por motivos de seguridad.
