Poco a poco, la salud de Ram fue mejorando. Estaba seguro de que era Cristo en él, así que le entregó su vida. Ram comenzó a crecer en su conocimiento de Jesús y entregó su vida para servir a Dios.
Sin embargo, los padres de Ram no estaban contentos con esta decisión porque él había abandonado la religión de sus ancestros para seguir a un Dios extranjero.
«Cuando conocí a Cristo en mi momento de debilidad, encontré fuerza. Como dice Pablo: "En mi debilidad, me deleito en Cristo". Mis padres estaban decepcionados conmigo por esta decisión y trataron de convencerme para que volviese atrás, pero para mi ya no había vuelta atrás».
«Cuando conocí a Cristo en mi momento de debilidad, encontré fuerza. Como dice Pablo: "En mi debilidad, me deleito en Cristo"».
Ram comenzó una iglesia en un pueblo cercano. Junto con su familia, viajaba cada semana para dirigir la iglesia. Muchos fueron bendecidos, aceptaron a Cristo y comenzaron a asistir a la iglesia. Sin embargo, los vecinos se enfurecieron
y comenzaron a acosar a Ram y al resto de los creyentes cada vez que se reunían para orar.
Un día, los vecinos, con ayuda de extremistas religiosos, dieron una falsa alarma a Ram diciendo que la iglesia estaba siendo atacada. Cuando llegó al lugar, vecinos y extremistas comenzaron a atacar a Ram y a golpearlo sin piedad. Al mismo
tiempo, los atacantes destrozaron la iglesia. Fueron sus padres quienes encontraron a Ram cubierto de sangre y con moratones por todo el cuerpo. Le llevaron al hospital, donde le brindaron atención médica, y presentaron una denuncia. Sin embargo, además de no tomar ninguna medida, terminaron clausurando la iglesia.
«Estaba en estado de shock por lo que me había pasado. No era capaz de comprender la situación y me preguntaba qué había sucedido. Mi familia se aterrorizó al verme y estuvo a punto de abandonar a Cristo. Sintiendo su miedo, les aseguré que mi fe en Dios es insondable e inquebrantable».
«Recordé las palabras de Pablo y me sentí mejor. Incluso encontré placer espiritual en las cosas horribles que me sucedían porque, cuando me golpeaban, sentía el poder de Dios en mí. El cierre de la iglesia es como una espina en mi carne que me recuerda que debo depender de Dios»,
declara Ram.
La condición de vida de Ram y su familia se vio gravemente afectada al no tener ingresos. El diezmo que Ram recibía de la iglesia se interrumpió, ya que la iglesia estaba cerrada y no se celebraba ninguna reunión. Todos los ahorros se gastaron
en el tratamiento médico, y encontrar un trabajo durante la pandemia era imposible.
Los colaboradores de Puertas Abiertas conocieron a Ram, vieron su desesperada necesidad y le dieron el apoyo necesario para tener una tienda de comestibles. La tienda ayudó a generar ingresos suficientes para alimentar a la familia y cubrir sus necesidades.
Ram dice: «Me sentí abrumado al recibir vuestro apoyo. No tenía ingresos ni trabajo con el que ganar dinero, estaba en mi punto más bajo. No podía ver la salida, estaba devastado y roto. Asumí que había fallado a Cristo y que Él me había dado
la espalda. Rompiendo todas mis ideas erróneas, Dios demostró su soberanía por su ayuda y aliento. Ciertamente, puedo profesar con valentía que cuando soy débil, entonces soy fuerte. El poder de Cristo se hizo perfecto en mi vida».
Con la tienda, Ram se gana la vida para su familia y comparte su testimonio cuando los lugareños se reúnen frente a la tienda o van a comprar artículos. La madre de Ram también ayuda a llevar la tienda.
A pesar de todo, Ram se mantiene en contacto constante con los creyentes de su iglesia para que no se alejen de su fe, y se está preparando para restaurar y reiniciar la iglesia. Está tratando de obtener los permisos necesarios para esto.