Hay 55 600 cristianos en Brunei. Constituyen el 12 % de la población.
Los cristianos conversos procedentes del islam se enfrentan a una presión considerable, ya que la conversión está penada por la ley y se hará todo lo posible para que vuelvan a su fe original. Las comunidades cristianas no tradicionales no pueden registrarse como iglesias, pero sí como empresas o centros familiares, y se les trata como a organizaciones laicas: deben presentar anualmente al Gobierno sus informes financieros y operativos. Toda la sociedad (incluidos los cristianos) se ve afectada por la continua introducción de la sharía (ley islámica).
Los jóvenes se ven especialmente afectados por la educación religiosa obligatoria de los niños. En virtud de los cambios anunciados en octubre de 2023, la educación religiosa se incorpora a los estudios generales de los niños de tan solo tres años (The Star Malaysia, 25 de octubre de 2023), lo que refuerza las enseñanzas de la religión mayoritaria del islam.
«Si [mis amigos] vieran [mi collar de cruces], me acusarían de difundir el Evangelio».
Lina, joven cristiana de Brunéi
Los conversos del islam se enfrentan a la persecución más intensa y, técnicamente y según la ley sharía, pueden ser acusados de delito de apostasía.
Los hombres y las mujeres convertidos al cristianismo en Brunei son los que más presión sufren por ello. Pero debido a la aplicación cada vez más estricta de las leyes islámicas, las mujeres se ven obligadas a llevar hiyab, y eso hace que se note mucho más si una mujer no sigue las normas islámicas. Si se niegan a llevarlo, son castigadas por las autoridades religiosas, y sufren discriminación en escuelas, universidades y centros de trabajo.
Las mujeres y las niñas, cuando se conoce su conversión al cristianismo, suelen ser repudiadas y a menudo aisladas por sus familias. Se les puede imponer arresto domiciliario, y se convoca a los líderes religiosos islámicos para obligarlas a retractarse. Las cristianas solteras se enfrentan a la amenaza de ser forzadas a casarse con un hombre musulmán. Las casadas corren el riesgo de que les arrebaten a sus hijos para asegurar su crianza como musulmanes. Las decisiones sobre la custodia no dependen del sexo, pero la ley prohíbe que se conceda la custodia de un menor a quienes no se hayan convertido al islam.
Algunos hombres y niños son repudiados por sus familias cuando se convierten, y se ven obligados a abandonar el hogar familiar. En el entorno escolar, los estudiantes varones también pueden sufrir discriminación y abusos verbales. Y por parte de las autoridades religiosas, pueden sufrir palizas, humillaciones y un trato vejatorio.
Si los cuerpos de seguridad identifican a un hombre o a un niño como cristiano, le presionan para que reniegue de su fe, incluso con amenazas de encarcelamiento. Estas presiones afectan a toda la familia y avergüenzan a la comunidad.
Lina (nombre cambiado), una joven cristiana de Brunéi:
«En mi universidad, todas las mujeres deben llevar hiyab, sean de la religión que sean. Aunque mis compañeras de habitación saben que soy cristiana, me obligan a vestir como ellas».
Lina
Puertas Abiertas apoya a los creyentes perseguidos de Brunei a través de la oración, levantando voces por ellos y haciéndoles saber que no está solos.
Señor, por favor, acompaña a tu pueblo en Brunei. Consuélalos mientras lidian con el estrés diario y la dificultad de seguirte en un ambiente donde experimentan presión y hostilidad. Ayúdales a mostrar tu bondad y esperanza a los que les rodean, y protégeles mientras viven para ti. En el nombre de Jesús, amén.